Varios días para poner a punto el Nido Dorado, todo con un objetivo claro, engalanar nuestro estadio para recibir un importante compromiso, ante un rival de renombre internacional.

El martes en la mañana se ultimaron detalles, reuniones con Conmebol, autoridades locales, integrantes del equipo visitante, local, árbitros, producción de la transmisión, etc.

Todo hilaba perfectamente y desde esa hora, se sentía que iba a ser un buen partido, desde lo logístico, hasta lo futbolístico.

El ambiente dentro del plantel era el mejor, sonrisas, recocha, unión, oración, hermandad y un mismo sentir, hacer respetar la casa.

Eran las 5:40 p.m. y el Alberto Grisales ya estaba listo para recibir el partido de ida de segunda fase entre nuestras Águilas Doradas de Rionegro y nada más y nada menos que el “El Rey de Copas”, Independiente de Avellaneda.

A esa hora, se escuchó una corneta que sonaba varias veces, dando la señal, esa que pone en alerta a todos los rionegreros, a todos los hinchas del #EquipoDelOriente el bus conducido por Ferney Restrepo, llegaba al estadio, llegaban nuestros guerreros, nuestros muchachos, nuestro equipo y de fondo se escuchaba la ya tradicional canción, “Rionegro será campeón, Rionegro será campeón”.

Llegaron 25 hombres (19 futbolistas y 6 integrantes del cuerpo técnico), felices, sonrientes, reflejando en sus rostros lo que su corazón quería, salir a ganar.

7:30 p.m. Pitazo inicial de 95 minutos de buen fútbol, 5 goles, 3 de ellos para nosotros, 3 gritos desgarradores de nuestra hinchada, 3 explosiones incontrolables de abrazos y pasión, Mauricio Gómez, Kevin Salazar y Jáder “El Soldado” Obrian, los culpables de tanta alegría.

Terminó el partido ante el flamante y grande Independiente de Avellaneda, victoria para los nuestros y la ilusión intacta de seguir avanzando en este #SueñoInternacional de seguir dándole felicidad a quienes nos quieren y un motivo de pensarlo 2 veces a quienes no creen en el trabajo de este grupo, de este equipo, de esta FAMILIA DORADA.